La Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima, a través de la División de Teatros Municipales ha venido realizando convocatorias públicas de Residencia, tanto en danza como en teatro, desde el año 2012. A la fecha se han estrenado cinco espectáculos de danza, tres en gran formato y dos en pequeño formato, y uno de teatro en gran formato. Si bien esta es una iniciativa arriesgada y sin precedentes, esto no la hace ajena a mejoras y observaciones.
Los resultados han sido variados, pero, a juicio de quien
escribe, no han logrado satisfacer la expectativa generada por una convocatoria
que otorga tantas facilidades para la creación de espectáculos con fondos
públicos. Por ello, luego de las experiencias del 2012 y 2013, es oportuno
hacer una revisión de la importancia y los objetivos de estas convocatorias.
Este texto se enfocará en las residencias en danza y las
observaciones que se tienen de ellas, las cuales presentan algunas similitudes
con la de residencia en teatro en gran formato.
Los objetivos planteados por la Municipalidad.
Al revisar los
objetivos de las tres convocatorias todas coinciden en: “apoyar la creación artística de los
coreógrafos y compañías de danza, promoviendo la PRODUCCIÓN de un espectáculo
de danza contemporánea”, la cual “contribuirá al desarrollo de la danza
contemporánea a través de la creación de nuevos espectáculos coreográficos” y
“favorecerá el desarrollo del sector artístico y cultural, y brindará al
público la posibilidad de acercarse a la danza contemporánea”.
Al
hacer una rápida lectura de estos objetivos se desprende que, a juicio de las
personas encargadas de sacar adelante las convocatorias, la mejor forma de
desarrollar el sector artístico de la danza contemporánea es otorgando dinero y
facilidades para la creación de obras. Para quien escribe, asumir esto -
facilidades económicas para dos o tres proyectos al año, como motor del
desarrollo de un sector - expone el desconocimiento de la problemática del
gremio de la danza contemporánea en la ciudad.
Y si bien, con lo mencionado anteriormente, habría una
responsabilidad de la Gerencia de Cultura en cuanto a la falta de conocimiento
acerca de las necesidades del gremio dancístico, la responsabilidad es mayor
para los integrantes de dicho gremio.
El silencio de los artistas.
Quien escribe no participa de una discusión formal acerca de
la problemática de la danza hace mucho tiempo. Sin embargo, las necesidades
siguen siendo las mismas:
Ausencia de espacios de formación para coreógrafos y
directores. Las escuelas de danza contemporánea - tanto en las antiguas como en
las actuales - potencian la formación del bailarín, más no del director. Así,
ante la inexistencia de centros especializados, los artistas se han formado a
sí mismos en base al ensayo-error.
Formación técnica de bailarines. Es una vieja discusión que
tiene muchos puntos de vista. Quizá en el único en que hay consenso es que la
mayoría de bailarines empiezan su formación en la edad adulta.
Creación de público. Otra antigua discusión sin solución
permanente.
Espacios de difusión y circulación de obra. Además de las
pocas salas con que cuenta la ciudad para la presentación de espectáculos de
danza, los artistas se enfrentan a la necesidad de tener un trabajo en ‘formato
de espectáculo’. Llamo de esta manera a la ‘necesidad’ de que la duración de
una obra esté entre los 50 y 80 minutos. Es así que, trabajos de corta o
mediana duración, no encuentran espacios de circulación para ser difundidos.
Ello, además de limitar las posibilidades de interacción entre el artista y el
público, ‘fuerza’ al creador a extender sus obras hasta llegar a un formato más
‘comercial’.
Fortalecimiento de proyectos de intercambio a través de la
danza. En un país con una gran riqueza cultural, y una gran cantidad de danzas
tradicionales, son casi inexistentes los espacios de intercambio e
investigación desde la danza contemporánea. Los pocos espacios que existen son
fruto de esfuerzos individuales o se encuentran en el ambiente de los espectáculos
para eventos corporativos. Es similar el caso de proyectos sociales a través de
la danza: son casos aislados, liderados por esfuerzos individuales, o funcionan
a través de proyectos de corta duración.
Existen pues, una larga lista de necesidades en el sector de
la danza que podrían ser encaradas desde la Gerencia de Cultura de la
Municipalidad de Lima. Pero, para ello, el gremio de la danza debería también tener alguna
responsabilidad que asumir. Si bien se ha mencionado líneas arriba que existiría
un desconocimiento municipal acerca de la problemática de la danza, son los
artistas y sus agrupaciones los que deberían salir de su letargo y
autocomplacencia para generar discusiones que puedan llegar a acciones
propositivas. Los miembros del gremio de la danza deberían preguntarse a sí
mismos como deben actuar para ser un interlocutor válido frente a las
autoridades municipales. Sería su obligación tomar posiciones, enfrentando la
problemática y proponiendo soluciones. Es su deber asumir sus necesidades y
limitaciones para proponer desde ellas.
Me pregunto cómo imagina el gremio su futura relación con la Gerencia de
Cultura de la Municipalidad cuando, en el año 2015, haya una nueva
gestión. Porque, además de desear que el apoyo municipal continúe, debería
ser una contraparte activa. ¿Qué sucederá si las nuevas autoridades deciden
cancelar el apoyo actual?, ¿Qué habrá ganado el sector de la danza?
Existen ejemplos de otros gremios y colectivos que han establecido
alianzas con la autoridad municipal. Algunos con mucha experiencia en gestión
cultural – como las organizaciones de cultura viva comunitaria – y otros, más
recientes, con proyectos serios que buscan aliados para seguir creciendo – ‘Transcinema’
y su Festival de Cine ‘TRANSLAB’ o ‘elgalón.espacio’ con los proyectos de
investigación de la performance ‘Espacio 01’ y ‘Espacio 02’ -. Las labores que
vienen desarrollando estos colectivos trascienden a las alianzas generadas con
el municipio. Por lo cual, aún en una supuesta cancelación de apoyos, habrán ganado
contactos, prestigio, experiencia en gestión pública, etc.
Por ello, es clave la presencia activa de los artistas y de las
instituciones y asociaciones existentes para proponer un dialogo ciudadano.
Este es el lugar donde las escuelas profesionales - o sus directoras, o sus
maestros - deberían tener algo que aportar. Asimismo, sumar las voces y
reflexiones de otros colectivos vinculados a la danza; como, por ejemplo, del
grupo de artistas que estuvo realizando jornadas de conversación y discusión en
el auditorio del Teatro Británico, o de los organizadores de las actividades
autogestionarias del 'colectivo de bailarines independientes'.
Las convocatorias. Una revisión.
Como se menciona líneas arriba, se hace necesario replantear las acciones que propone la Gerencia de Cultura para desarrollar el sector de la danza contemporánea. Esto no implica la cancelación de los apoyos económicos a la creación, pero quizá si amerite un cambio de enfoque; que vaya más por el ‘impulso a la creación’ que por el financiamiento.
Sin embargo, más allá de las observaciones hechas desde el
campo de la problemática de la danza, existen otras observaciones a las
convocatorias.
Los presupuestos. En
el año 2012 se entregaron 40,000 soles a los proyectos ganadores de la
Residencia en Gran Formato, además de las facilidades de producción que otorga
el Teatro Municipal. Para el año 2013 el monto se duplicó. Si bien, es
necesario que los artistas puedan trabajar con las mejores condiciones posibles
- entre ellas las económicas -, no significa que a mayor cantidad de dinero
otorgado mayor será la calidad del espectáculo. Sin embargo, una lectura de los
montos y del nombre de la convocatoria - ‘Gran Formato’ -, presume una apuesta por conseguir la realización de espectáculos
monumentales. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
El formato 1. Si uno revisa la cartelera de danza a lo largo
del año encuentra algunos pocos espectáculos de gran formato: el ballet,
espectáculos extranjeros, los
espectáculos de los elencos nacionales (del
Ministerio de Cultura), probablemente una obra producida por D-1 Dance y,
excepcionalmente -, algún espectáculo de un artista independiente. Quien
escribe sólo recuerda, en los últimos diez años, la reposición de ‘Y si después
de tantas palabras’, de Integro, hace dos años, en el Teatro Municipal. Por lo
que podríamos concluir que, virtualmente, cada año NO SE PRESENTAN OBRAS DE GRAN
FORMATO de artistas independientes. Entonces, si prácticamente no existen
artistas independientes con experiencia en el trabajo monumental, ¿Cuál es el
criterio municipal para hacer una convocatoria de este tipo?
El formato 2. Dicho lo anterior, podría ser parte de las
políticas públicas el financiar obras que puedan ser presentadas en el Teatro
Municipal. Si este fuera el caso, me atrevería a señalar - con desconocimiento
de las normas legales que rigen al Municipio - la necesidad de convocar
directamente al artista responsable de realizar la obra que se presentará cada
año. Si bien lo mencionado no es políticamente correcto, estaría más cerca
de solucionar de una manera eficiente la
supuesta – por quien escribe – necesidad de tener obras de repertorio. Estaría
en manos de los funcionarios públicos hacer una evaluación de quienes son los
artistas que vienen trabajando - de manera independiente o para privados – con
el gran formato.
Finalizando.
No existe la menor duda de la buena voluntad y el arduo
trabajo que ha sido necesario para sacar adelante estas convocatorias desde la Gerencia
de Cultura, tanto a nivel de planteamiento político como en el plano
administrativo. Sin embargo, se hace necesario revisar los objetivos de estas
convocatorias, tanto hacia afuera como hacia adentro. Para ello, se deben ampliar
los radios de comunicación e investigación de los sectores artísticos involucrados,
a fin de tener un diagnóstico certero de cada problemática y poder plantear
acciones más precisas.
Asimismo, los gremios artísticos deberían tomar posiciones
más activas, visualizando sus problemáticas y proponiendo caminos de soluciones
por consenso.
El año 2014 será el último de esta gestión municipal, y
coincide con el hecho que Lima será la ‘Plaza Mayor de la Cultura
Iberoamericana’; por lo cual, será un tiempo clave para que el sector de la
danza pueda llevar a cabo planes que potencien su desarrollo.
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ACTUALIZACIÓN
Ha llegado un interesante comentario de Cristina Velarde, el cual será copiado a continuación; seguido de mi respuesta. (los comentarios posteriores se seguirán actualizando).
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En todas las áreas, para que ocurran cosas buenas, originales y novedosas deben existir: un CAMPO (un saber hacer, conocimientos, historia, productos, estilos, corrientes) , un INDIVIDUO que aporta una novedad en dicho campo y un ÁMBITO (jueces, críticos, personas de experiencia cuya mirada puede generar nuevo aprendizaje y ser un filtro)*.
En las artes más institucionalizadas, esta separación es bastante clara: escritor, campo de la literatura, premio Alfaguara por mencionar uno (o nobel de literatura). En artes plásticas: pintor, campo de la pintura, galería que convoca al artista o premio Fundación Telefónica. En cocina es curioso, teniendo un campo extremadamente rico y desarrollado durante tantos años, recién nos comenzamos a sentir orgullosos de éste cuando se empieza a generar un ámbito que nos confirma que lo que sentía nuestro paladar a cotidiano era un arte para el resto del mundo.
En la danza existe un campo, relativamente joven y muy vario pinto, existen individuos que desean proponer novedades, pero no existe un ámbito. Las propuestas de danza carecen de retro alimentación constructiva y menos aún de un filtro. Y no es que deba tenerlo en el sentido de tumbarte propuestas o impedir que las personas sigan creando, pero un ámbito puede generar oportunidades, expectativas, recompensas y sobre todo puede ayudar a mirarte como creador y ponerte en un contexto.
Ahora , el alma de artista puede decir : porque debo yo someterme a un ámbito? Y efectivamente no tiene. Simplemente el hecho que exista uno, genera discurso, genera confianza a los que no son parte de dicho campo, genera una estructura. Y poco a poco lo creadores le van dando la vuelta: festivales off, festivales off off o como en la música, gracias a internet, ya no pasamos por el filtro de una casa musical como hace 20 años.
Es verdad que los creadores de danza contemporánea no tenemos experiencia para crear en gran formato y por eso puede parecer desproporcionada la convocatoria. Pero no creamos en gran formato, simplemente porque no tenemos los recursos (económicos, ni el saber hacer). Creo que la convocatoria apuesta por darnos el apoyo económico y que vayamos tejiendo nuestros conocimientos para algo que nos exige más en términos de despliegue escénico y aprendiendo en cada puesta.
Creo que nuestro gremio tiene muchas carencias, pero me parece importante que existan premios y convocatorias que generen ÁMBITO. Sobre todo, para las generaciones venideras, nuestros alumnos tendrán expectativas durante su formación (no solo el bailar en el montaje de tu profe o de tu pata).
Efectivamente, la ausencia de espacios de formación de coreógrafos, el nivel técnico de los bailarines, la creación de público y los espacios de difusión de la obra y la falta de intercambio (no solo con las danzas folklóricas pero con todas las otras artes en general) son carencias que nos afectan. Y será muy bueno que nos juntemos para acordar propuestas.
*La distinción de campo, individuo y ámbito que menciono arriba fue hecha por el autor Mijael Csikzeintmilhalyi para hablar sobre la construcción de la cultura.
Esto nos lleva al mayor problema para el crecimiento de la danza: su gestión.
Menciono estos ejemplos para marcar las diferencias. Deberíamos los artistas ser parte de la construcción del camino. Más aún, cuando no sabemos cuanto apoyo existirá después del 2014.
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ACTUALIZACIÓN
Ha llegado un interesante comentario de Cristina Velarde, el cual será copiado a continuación; seguido de mi respuesta. (los comentarios posteriores se seguirán actualizando).
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Pepe,
escribe Cristina Velarde. Gracias por tus puntos de vista Pepe. Justamente para no guardar silencio,
publico el mío (aunque supongo que muchos cuestionaran que sea quien diga esto
por haber beneficiado de una de las convocatorias).
En todas las áreas, para que ocurran cosas buenas, originales y novedosas deben existir: un CAMPO (un saber hacer, conocimientos, historia, productos, estilos, corrientes) , un INDIVIDUO que aporta una novedad en dicho campo y un ÁMBITO (jueces, críticos, personas de experiencia cuya mirada puede generar nuevo aprendizaje y ser un filtro)*.
En las artes más institucionalizadas, esta separación es bastante clara: escritor, campo de la literatura, premio Alfaguara por mencionar uno (o nobel de literatura). En artes plásticas: pintor, campo de la pintura, galería que convoca al artista o premio Fundación Telefónica. En cocina es curioso, teniendo un campo extremadamente rico y desarrollado durante tantos años, recién nos comenzamos a sentir orgullosos de éste cuando se empieza a generar un ámbito que nos confirma que lo que sentía nuestro paladar a cotidiano era un arte para el resto del mundo.
En la danza existe un campo, relativamente joven y muy vario pinto, existen individuos que desean proponer novedades, pero no existe un ámbito. Las propuestas de danza carecen de retro alimentación constructiva y menos aún de un filtro. Y no es que deba tenerlo en el sentido de tumbarte propuestas o impedir que las personas sigan creando, pero un ámbito puede generar oportunidades, expectativas, recompensas y sobre todo puede ayudar a mirarte como creador y ponerte en un contexto.
Ahora , el alma de artista puede decir : porque debo yo someterme a un ámbito? Y efectivamente no tiene. Simplemente el hecho que exista uno, genera discurso, genera confianza a los que no son parte de dicho campo, genera una estructura. Y poco a poco lo creadores le van dando la vuelta: festivales off, festivales off off o como en la música, gracias a internet, ya no pasamos por el filtro de una casa musical como hace 20 años.
Es verdad que los creadores de danza contemporánea no tenemos experiencia para crear en gran formato y por eso puede parecer desproporcionada la convocatoria. Pero no creamos en gran formato, simplemente porque no tenemos los recursos (económicos, ni el saber hacer). Creo que la convocatoria apuesta por darnos el apoyo económico y que vayamos tejiendo nuestros conocimientos para algo que nos exige más en términos de despliegue escénico y aprendiendo en cada puesta.
Y entonces
asalta la pregunta y ¿ por qué los creadores tienen que aprender con fondos
públicos? Y bueno, el arte del siglo XXI que no forma parte del entretainment,
en ninguna parte del mundo es rentable por sí misma. En Bélgica hasta hace
algunos años, por ejemplo, el estado destinaba 6 millones de euros al
desarrollo de la danza contemporánea en el país. De los cuales 4 ya estaban
designados para tres grandes compañía:, Charleroi Danses, Rosas y Ultima Vez.
Las cifras de la convocatorias al gran formato pueden parecer grandes para
nosotros creadores peruanos, pero lo cierto es que muchos de los espectáculos
extranjeros que hemos visto en el país, han costado el doble (y no
necesariamente los de gran formato, esos costaron mínimo quince veces más). Y
si relativizamos aún más, 80 mil soles puede costar una noche de evento para
una empresa.
Creo personalmente que el desarrollo de las artes no viene gratis y es muy
pretencioso decir que viene de los individuos solitos, en todos los lugares
donde existe un auge, ha existido inversión detrás, del sector público o del
privado.
Creo que nuestro gremio tiene muchas carencias, pero me parece importante que existan premios y convocatorias que generen ÁMBITO. Sobre todo, para las generaciones venideras, nuestros alumnos tendrán expectativas durante su formación (no solo el bailar en el montaje de tu profe o de tu pata).
Efectivamente, la ausencia de espacios de formación de coreógrafos, el nivel técnico de los bailarines, la creación de público y los espacios de difusión de la obra y la falta de intercambio (no solo con las danzas folklóricas pero con todas las otras artes en general) son carencias que nos afectan. Y será muy bueno que nos juntemos para acordar propuestas.
*La distinción de campo, individuo y ámbito que menciono arriba fue hecha por el autor Mijael Csikzeintmilhalyi para hablar sobre la construcción de la cultura.
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Estimada
Cristina,
Empiezo por
agradecer tu comentario. Para mi es una señal de la posibilidad de reflexionar
juntos, y sin prejuicios, en el universo de la danza.
Quiero
mencionar que, en términos generales, comparto tu posición con respecto a
validar la existencia de las convocatorias mencionadas en el post. Básicamente,
teniendo en cuenta la interpretación que haces de las mismas: “Creo que la convocatoria apuesta por darnos
el apoyo económico y que vayamos tejiendo nuestros conocimientos para algo que
nos exige más en términos de despliegue escénico y aprendiendo en cada puesta.”.
Y entiendo su validez desde ese punto de vista. El cual, por cierto, sigue
siendo una especulación (similar a la mía con respecto a una supuesta necesidad
de montar obras para repertorio). Finalmente, como mencioné en el post, ante la
ausencia de espacios de formación de directores, los artistas peruanos
trabajan desde el ensayo/error.
Sin embargo,
aún asumiendo lo anterior, considero que esta apuesta de las convocatorias no sería suficiente ni prioritaria. Para
exponer el porqué de esta afirmación voy a volver a citar los fragmentos
recogidos de los objetivos de la convocatoria mencionados en el post:
“...apoyar la creación artística de los
coreógrafos y compañías de danza, promoviendo
la PRODUCCIÓN de un espectáculo de danza contemporánea”, la cual “contribuirá
al desarrollo de la danza contemporánea a través de la creación de nuevos
espectáculos coreográficos” y “favorecerá el desarrollo del sector
artístico y cultural, y brindará al
público la posibilidad de acercarse a la danza contemporánea”(los resaltados son míos).
Pienso que
si estos son los objetivos, y el reto es conseguirlos - como planteas - a través
de un financiamiento de obra que es, a la vez, experimento
pedagógico en campo; esta apuesta sería, cuando menos, poco eficiente.
Afirmo esto a
partir de la idea en la cual toda la inversión se utiliza en el aprendizaje de un
solo artista y el equipo que lo acompaña. Asumamos, que el aprendizaje se
desarrolla luego de 3 o 4 experiencias de este tipo, ¿Cuántos años/convocatorias
deberían pasar para que, esta apuesta por la pedagogía, sea suficiente para un
grupo importante de artistas?
Además de
ello, si la premisa es que esta inversión, la convocatoria, debería generar ‘ámbito’,
podría afirmar que ello no está ocurriendo...o lo hace de manera muy pequeña.
¿Existe acaso una discusión formal acerca de los resultados?, ¿otorgan los
jurados una evaluación de los proyectos?, ¿no generaría ‘ámbito’ conocer cuales son los criterios de selección? Menciono esto porque considero que
haber tenido discusiones al respecto hubiera sido útil para los artistas
participantes y el gremio en general. Haría que el ‘ámbito’ trascienda al ‘premio’.
No estoy en
contra de este tipo de convocatorias. ¡Todo lo contrario! Pero, a mi parecer,
dadas las otras necesidades del gremio de la danza, y teniendo como contraparte
a un ente como la Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima - que cuenta
con prestigio, respaldo material y económico, y que cumple una función social –
se hace necesario un enfoque que priorice las necesidades de base antes que los
resultados escénicos.
Considero,
al igual que tu, que los presupuestos son relativos. Como bien dices, 80 mil
soles – o 120 mil, monto entregado entre las tres convocatorias de danza de
este año - puede costar un espectáculo para un evento corporativo. Pese a ello,
gestionados de otra manera, podrían atacar los problemas mencionados en el post,
y que tú recoges, sin dejar de otorgar estímulos a la creación con montos
menores.
Soy testigo de cómo la mayoría de artistas se
han formado en tiempos en los cuales no había ninguna posibilidad de una
legitimación universitaria. Estos mismos artistas son los que, con tropezones, caídas
y levantadas, han logrado sacar sus procesos adelante - el montaje de tu profe
o tu pata -. Han batallado solos para desarrollar sus proyectos, mejorar su técnica,
crecer como directores, hacer circular su obra y conseguir su propio público.
Esto nos lleva al mayor problema para el crecimiento de la danza: su gestión.
Todos los artistas
han sido gestores de sí mismos y de sus procesos. Pero estas luchas
individuales no han generado un crecimiento colectivo. Apostar por que la única
inversión, desde un ente público, sea para premiar a 2 o 3 artistas, es seguir
replicando el modelo del crecimiento individual.
Mi punto de
vista en todo este discurso se basa en que por primera vez existe una
contraparte – la MML – con posibilidad de gestión. Es la primera vez que el
gremio tiene a quien voltear y con quien discutir su problemática, llevarle
propuestas y ejecutar soluciones de consenso.
Pienso que
hay experiencias suficientes – en los cuales muchos miembros del gremio han
sido parte - que pueden ser re-diseñadas, discutidas y replicadas en la búsqueda
de intercambios, circulación de obra, espacios de formación y creación de
público.
Por poner algunos ejemplos mencionaría los Festivales de Jóvenes Coreógrafos de ‘Pata de Cabra’, El ‘Festival de Solos y Dúos’ de la URP y la Escuela Nacional de Ballet; así como varias de las actividades del ‘Perú en Danza '07’ o del ‘Fronteras Huaraz’.
Por poner algunos ejemplos mencionaría los Festivales de Jóvenes Coreógrafos de ‘Pata de Cabra’, El ‘Festival de Solos y Dúos’ de la URP y la Escuela Nacional de Ballet; así como varias de las actividades del ‘Perú en Danza '07’ o del ‘Fronteras Huaraz’.
No es
necesario inventar la pólvora. Se pueden tomar los ejemplos exitosos y
replicarlos, ya que las personas que han sido parte de ellos son miembros del gremio. Además de ésto, se podría de invitar a uno o dos
directores foráneos que puedan ser parte de los procesos de los artistas
locales.
Creo, como
tú, que ninguna actividad artística crece sin inversión que la respalde. Pese a
ello, se hace necesario revisar los modelos. Has mencionado el belga, el cual,
como muchos otros, parte de contextos muy distintos al nuestro. Mencionaré dos
que son cercanos y exitosos, pero que se encuentran en diferentes momentos:
El colombiano, que tiene premios distritales y nacionales, además de incluir diferentes formas de danza. Destaca particularmente por ser el único país de Latinoamérica que cuenta con un Plan Nacional de Danza.
El mexicano es quizá el más antiguo e institucionalizado, con premios a diferentes niveles y en distintos estados. Sin embargo, se encuentra hoy en revisión, ya que ha generado una permanente dependencia de los recursos públicos.
El colombiano, que tiene premios distritales y nacionales, además de incluir diferentes formas de danza. Destaca particularmente por ser el único país de Latinoamérica que cuenta con un Plan Nacional de Danza.
El mexicano es quizá el más antiguo e institucionalizado, con premios a diferentes niveles y en distintos estados. Sin embargo, se encuentra hoy en revisión, ya que ha generado una permanente dependencia de los recursos públicos.
Menciono estos ejemplos para marcar las diferencias. Deberíamos los artistas ser parte de la construcción del camino. Más aún, cuando no sabemos cuanto apoyo existirá después del 2014.
Acá estoy,
para lo que haga falta.
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Pepe, Cristina, luego de leer los comentarios de ambos y de, una vez más, reconocer cuales son las carencias, necesidades y retos del gremio de la danza pienso que debemos generar propuestas concretas que sirvan de impulso al desarrollo de nuestro tan “macheteado” gremio.
Estoy segura que la actual Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima está ávida de recibir este tipo de información pues es evidente que hasta el momento ha tenido un gran interés en apoyar la danza.
Estas propuestas podríamos también presentárselas al Ministerio de Cultura y a cualquier entidad pública o privada que consideremos deban y/o puedan apoyar el arte y la cultura.
Líneas abajo enumeraré las que a mí se me ocurren. Lo ideal sería que se vayan sumando propuestas para luego escoger las que nos parecen más importantes y viables.
Para que esto no quede en la etapa de debate y bla, bla, bla y más bla, bla,bla yo me responsabilizo (en caso de que nadie mas lo quiera hacer) de hacerlas llegar a La Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima y al Ministerio de Cultura.
Acá van:
1) Básico es tener conocimientos, herramientas para la creación. Es cierto que acá casi todos los creadores y coreógrafos hemos sido formados como bailarines, no como creadores. El talento nato y la intuición al construir una obra es por lo general insuficiente por eso es IMPORTANTISIMO encontrar espacios de formación para coreógrafos y directores. El tema es complejo pero podría ser de beneficio que estas entidades traigan a artistas especializados a dictar talleres y que compartan sus conocimientos y principios.
2) Las Residencias podrían estar enfocadas al proceso y no al producto final. Se podría otorgar un monto menor a mayor cantidad de artistas para que durante 3 o 4 meses exploren e investiguen. Que el fin no sea crear un espectáculo sino probar. Como imagino es importante que se “vean los frutos” de la residencia, además de presentar un registro del proceso el compromiso de los artistas beneficiados sería quizás hacer demostraciones y diálogos abiertos de lo que se trabajo durante el proceso.
3) Que se le otorguen espacios para trabajar a grupos o compañías que tienen tiempo trabajando juntos. Creo que uno de los mayores problemas es la falta de espacios para ensayar. También encuentro que en los últimos tiempos no hay grupos de artistas que se queden trabajando juntos por mucho tiempo, todos van y vienen y esta falta de continuidad dificulta que se logren trabajos con estilo propio, propuestas sólidas y con personalidad.
4) Se ha hablado de la endeble formación técnica de los bailarines locales y es cierto que la mayoría ha logrado formarse “picoteando” clases y talleres por aquí y por acá. Pienso que con la creación de las carreras de danza tanto en la Universidad Católica como en San Marcos esto está por cambiar pero lo que veo que podría seguir siendo un problema es que pasa cuando el bailarín ya termino su formación. Como sigue entrenándose? No es suficiente tomar talleres esporádicos y las clases en el medio por lo general están dirigidas a niveles iniciales. Propongo que las entidades que nos apoyarán (je) contraten a maestros que dicten clases para profesionales en sus instalaciones. Se podrían contratar a 4 maestros al año. Cada uno dicta durante 3 meses en el mismo horario. De esta manera los bailarines profesionales tendrán siempre una opción donde entrenarse.
Estas han sido mis propuestas. Espero que continuemos con este dialogo para luego accionar.
Pachi Valle Riestra
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Pepe, Cristina, luego de leer los comentarios de ambos y de, una vez más, reconocer cuales son las carencias, necesidades y retos del gremio de la danza pienso que debemos generar propuestas concretas que sirvan de impulso al desarrollo de nuestro tan “macheteado” gremio.
Estoy segura que la actual Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima está ávida de recibir este tipo de información pues es evidente que hasta el momento ha tenido un gran interés en apoyar la danza.
Estas propuestas podríamos también presentárselas al Ministerio de Cultura y a cualquier entidad pública o privada que consideremos deban y/o puedan apoyar el arte y la cultura.
Líneas abajo enumeraré las que a mí se me ocurren. Lo ideal sería que se vayan sumando propuestas para luego escoger las que nos parecen más importantes y viables.
Para que esto no quede en la etapa de debate y bla, bla, bla y más bla, bla,bla yo me responsabilizo (en caso de que nadie mas lo quiera hacer) de hacerlas llegar a La Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima y al Ministerio de Cultura.
Acá van:
1) Básico es tener conocimientos, herramientas para la creación. Es cierto que acá casi todos los creadores y coreógrafos hemos sido formados como bailarines, no como creadores. El talento nato y la intuición al construir una obra es por lo general insuficiente por eso es IMPORTANTISIMO encontrar espacios de formación para coreógrafos y directores. El tema es complejo pero podría ser de beneficio que estas entidades traigan a artistas especializados a dictar talleres y que compartan sus conocimientos y principios.
2) Las Residencias podrían estar enfocadas al proceso y no al producto final. Se podría otorgar un monto menor a mayor cantidad de artistas para que durante 3 o 4 meses exploren e investiguen. Que el fin no sea crear un espectáculo sino probar. Como imagino es importante que se “vean los frutos” de la residencia, además de presentar un registro del proceso el compromiso de los artistas beneficiados sería quizás hacer demostraciones y diálogos abiertos de lo que se trabajo durante el proceso.
3) Que se le otorguen espacios para trabajar a grupos o compañías que tienen tiempo trabajando juntos. Creo que uno de los mayores problemas es la falta de espacios para ensayar. También encuentro que en los últimos tiempos no hay grupos de artistas que se queden trabajando juntos por mucho tiempo, todos van y vienen y esta falta de continuidad dificulta que se logren trabajos con estilo propio, propuestas sólidas y con personalidad.
4) Se ha hablado de la endeble formación técnica de los bailarines locales y es cierto que la mayoría ha logrado formarse “picoteando” clases y talleres por aquí y por acá. Pienso que con la creación de las carreras de danza tanto en la Universidad Católica como en San Marcos esto está por cambiar pero lo que veo que podría seguir siendo un problema es que pasa cuando el bailarín ya termino su formación. Como sigue entrenándose? No es suficiente tomar talleres esporádicos y las clases en el medio por lo general están dirigidas a niveles iniciales. Propongo que las entidades que nos apoyarán (je) contraten a maestros que dicten clases para profesionales en sus instalaciones. Se podrían contratar a 4 maestros al año. Cada uno dicta durante 3 meses en el mismo horario. De esta manera los bailarines profesionales tendrán siempre una opción donde entrenarse.
Estas han sido mis propuestas. Espero que continuemos con este dialogo para luego accionar.
Pachi Valle Riestra
Pepe, escribe Cristina Velarde, aquí va primera parte de mi comentario (no entra todo):
ResponderEliminarGracias por tus puntos de vista Pepe. Justamente para no guardar silencio, publico el mío (aunque supongo que muchos cuestionaran que sea quien diga esto por haber beneficiado de una de las convocatorias).
En todas las áreas, para que ocurran cosas buenas, originales y novedosas deben existir: un CAMPO (un saber hacer, conocimientos, historia, productos, estilos, corrientes) , un INDIVIDUO que aporta una novedad en dicho campo y un ÁMBITO (jueces, críticos, personas de experiencia cuya mirada puede generar nuevo aprendizaje y ser un filtro)*.
En las artes más institucionalizadas, esta separación es bastante clara: escritor, campo de la literatura, premio Alfaguara por mencionar uno (o nobel de literatura). En artes plásticas: pintor, campo de la pintura, galería que convoca al artista o premio Fundación Telefónica. En cocina es curioso, teniendo un campo extremadamente rico y desarrollado durante tantos años, recién nos comenzamos a sentir orgullosos de éste cuando se empieza a generar un ámbito que nos confirma que lo que sentía nuestro paladar a cotidiano era un arte para el resto del mundo.
En la danza existe un campo, relativamente joven y muy vario pinto, existen individuos que desean proponer novedades, pero no existe un ámbito. Las propuestas de danza carecen de retro alimentación constructiva y menos aún de un filtro. Y no es que deba tenerlo en el sentido de tumbarte propuestas o impedir que las personas sigan creando, pero un ámbito puede generar oportunidades, expectativas, recompensas y sobre todo puede ayudar a mirarte como creador y ponerte en un contexto.
Ahora , el alma de artista puede decir : porque debo yo someterme a un ámbito? Y efectivamente no tiene. Simplemente el hecho que exista uno, genera discurso, genera confianza a los que no son parte de dicho campo, genera una estructura. Y poco a poco lo creadores le van dando la vuelta: festivales off, festivales off off o como en la música, gracias a internet, ya no pasamos por el filtro de una casa musical como hace 20 años.
Es verdad que los creadores de danza contemporánea no tenemos experiencia para crear en gran formato y por eso puede parecer desproporcionada la convocatoria. Pero no creamos en gran formato, simplemente porque no tenemos los recursos (económicos, ni el saber hacer). Creo que la convocatoria apuesta por darnos el apoyo económico y que vayamos tejiendo nuestros conocimientos para algo que nos exige más en términos de despliegue escénico y aprendiendo en cada puesta.
Aquí va la segunda parte:
ResponderEliminarY entonces asalta la pregunta y ¿ por qué los creadores tienen que aprender con fondos públicos? Y bueno, el arte del siglo XXI que no forma parte del entretainment, en ninguna parte del mundo es rentable por sí misma. En Bélgica hasta hace algunos años, por ejemplo, el estado destinaba 6 millones de euros al desarrollo de la danza contemporánea en el país. De los cuales 4 ya estaban designados para tres grandes compañía:, Charleroi Danses, Rosas y Ultima Vez. Las cifras de la convocatorias al gran formato pueden parecer grandes para nosotros creadores peruanos, pero lo cierto es que muchos de los espectáculos extranjeros que hemos visto en el país, han costado el doble (y no necesariamente los de gran formato, esos costaron mínimo quince veces más). Y si relativizamos aún más, 80 mil soles puede costar una noche de evento para una empresa.
Creo personalmente que el desarrollo de las artes no viene gratis y es muy pretencioso decir que viene de los individuos solitos, en todos los lugares donde existe un auge, ha existido inversión detrás, del sector público o del privado.
Creo que nuestro gremio tiene muchas carencias, pero me parece importante que existan premios y convocatorias que generen ÁMBITO. Sobre todo, para las generaciones venideras, nuestros alumnos tendrán expectativas durante su formación (no solo el bailar en el montaje de tu profe o de tu pata).
Efectivamente, la ausencia de espacios de formación de coreógrafos, el nivel técnico de los bailarines, la creación de público y los espacios de difusión de la obra y la falta de intercambio (no solo con las danzas folklóricas pero con todas las otras artes en general) son carencias que nos afectan. Y será muy bueno que nos juntemos para acordar propuestas.
*La distinción de campo, individuo y ámbito que menciono arriba fue hecha por el autor Mijael Csikzeintmilhalyi para hablar sobre la construcción de la cultura.
Pepe, Cristina, luego de leer los comentarios de ambos y de, una vez más, reconocer cuales son las carencias, necesidades y retos del gremio de la danza pienso que debemos generar propuestas concretas que sirvan de impulso al desarrollo de nuestro tan “macheteado” gremio.
EliminarEstoy segura que la actual Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima está ávida de recibir este tipo de información pues es evidente que hasta el momento ha tenido un gran interés en apoyar la danza.
Estas propuestas podríamos también presentárselas al Ministerio de Cultura y a cualquier entidad pública o privada que consideremos deban y/o puedan apoyar el arte y la cultura.
Líneas abajo enumeraré las que a mí se me ocurren. Lo ideal sería que se vayan sumando propuestas para luego escoger las que nos parecen más importantes y viables.
Para que esto no quede en la etapa de debate y bla, bla, bla y más bla, bla,bla yo me responsabilizo (en caso de que nadie mas lo quiera hacer) de hacerlas llegar a La Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima y al Ministerio de Cultura.
Acá van:
1) Básico es tener conocimientos, herramientas para la creación. Es cierto que acá casi todos los creadores y coreógrafos hemos sido formados como bailarines, no como creadores. El talento nato y la intuición al construir una obra es por lo general insuficiente por eso es IMPORTANTISIMO encontrar espacios de formación para coreógrafos y directores. El tema es complejo pero podría ser de beneficio que estas entidades traigan a artistas especializados a dictar talleres y que compartan sus conocimientos y principios.
2) Las Residencias podrían estar enfocadas al proceso y no al producto final. Se podría otorgar un monto menor a mayor cantidad de artistas para que durante 3 o 4 meses exploren e investiguen. Que el fin no sea crear un espectáculo sino probar. Como imagino es importante que se “vean los frutos” de la residencia, además de presentar un registro del proceso el compromiso de los artistas beneficiados sería quizás hacer demostraciones y diálogos abiertos de lo que se trabajo durante el proceso.
3) Que se le otorguen espacios para trabajar a grupos o compañías que tienen tiempo trabajando juntos. Creo que uno de los mayores problemas es la falta de espacios para ensayar. También encuentro que en los últimos tiempos no hay grupos de artistas que se queden trabajando juntos por mucho tiempo, todos van y vienen y esta falta de continuidad dificulta que se logren trabajos con estilo propio, propuestas sólidas y con personalidad.
4) Se ha hablado de la endeble formación técnica de los bailarines locales y es cierto que la mayoría ha logrado formarse “picoteando” clases y talleres por aquí y por acá. Pienso que con la creación de las carreras de danza tanto en la Universidad Católica como en San Marcos esto está por cambiar pero lo que veo que podría seguir siendo un problema es que pasa cuando el bailarín ya termino su formación. Como sigue entrenándose? No es suficiente tomar talleres esporádicos y las clases en el medio por lo general están dirigidas a niveles iniciales. Propongo que las entidades que nos apoyarán (je) contraten a maestros que dicten clases para profesionales en sus instalaciones. Se podrían contratar a 4 maestros al año. Cada uno dicta durante 3 meses en el mismo horario. De esta manera los bailarines profesionales tendrán siempre una opción donde entrenarse.
Estas han sido mis propuestas. Espero que continuemos con este dialogo para luego accionar.
Pachi Valle Riestra