martes, 29 de diciembre de 2015

Crónica Tita y Lola Lola y Tita











‘Tita y Lola Lola y Tita’ es un espectáculo de danza contemporánea dirigido por Pachi Valle-Riestra; el cual se presentó en el Teatro de la Universidad del Pacífico entre el 4 y el 13 de diciembre.

Este montaje propone “capturar y emanar la energía, las ganas, el espíritu, las ilusiones y la belleza de mujeres en sus veinte; asimismo, la inestabilidad, incertidumbre y temor que por momentos acompaña todo lo anterior” (*). Para ello se vale de la presencia de dos bailarinas y la composición coreográfica que sus movimientos y desplazamientos sugieren. Estos elementos entran en diálogo con la 
música, la escenografía y la iluminación, ofreciendo un espectáculo guiado por sus diferentes atmósferas.

El espectáculo inicia con un atractivo cuadro donde, iluminado muy sutilmente, se observa a un globo flotando de un extremo al otro del escenario. El mencionado objeto se desplaza muy lentamente y a la altura de la cabeza de una persona, mientras que decenas de  otros globos se encuentran suspendidos -a diferentes alturas- sobre el escenario. Éstos, con su leve movimiento y la delicada luz que reflejan, complementan un elaborado ambiente de ensoñación.

Luego de ello hacen su ingreso las dos intérpretes. Este segundo cuadro funciona a manera de presentación de los personajes; los cuales, con dinamismo y energía, se encargan de tomar el espacio. Asimismo, se permite leer, en la presencia corporal y los vestuarios de ambas mujeres, la idea de opuestos complementarios: una de ellas es más alta, de cabello más claro -lo lleva largo y suelto-, vestido corto -con ‘vuelo’-, claro y brillante; mientras que la otra es más baja, de cabello oscuro -lo lleva corto-, pantalón y blusa de color negro.

A continuación, se desarrolla un cuadro donde cada uno de los personajes se encuentra enmarcado por un haz de luz en forma de cuadrilátero. De esta manera, mientras en el momento anterior el desplazamiento, por medio de saltos y carreras, alude a la idea de energía juvenil, en éste es el encierro -sumado a las torsiones corporales y el permanente contacto con el suelo- el que sugiere la presencia de los conflictos personales/emocionales de cada personaje. 

Concluido este cuadro se inicia el que será uno de los dos momentos de clímax que ofrece el espectáculo, ya que contará con más de un componente atractivo y complementario a nivel visual y conceptual. Así, se puede mencionar la presencia de nuevos elementos en el vestuario; los cuales proponen y definen el carácter glamoroso, festivo y nocturno de este momento; la energía y el tipo de movimiento de las intérpretes, que proponen un ambiente de fiesta, descontrol y sensualidad; el uso del espacio escénico, haciendo progresar la escena desde una esquina del borde del escenario para evolucionar hasta terminar en el fondo del mismo; la presencia de nuevos elementos a nivel lumínico/escenográficos, los cuales complementan el cuadro.

Descrito hasta aquí, ‘Tita y Lola Lola y Tita’ propone mostrar el universo de dos mujeres jóvenes, y lo hace a través de cuadros que presentan una atmósfera/concepto. Así, el espectáculo ha viajado por la ensoñación y el misterio; ha pasado por la energía y alegría juvenil; transitó por la oscuridad y densidad de los universos personales en conflicto; y, finalmente, explotó en una mezcla de color, alegría, energía, glamour y sensualidad.

Luego de ello, y a medida que avanza el espectáculo, resulta difícil identificar cuáles son los caminos por los que busca transitar el montaje. Pues, si bien la combinación del trabajo musical y de iluminación continúa planteando distintas atmósferas sensoriales, la propuesta coreográfica deriva en un extenso momento donde se reitera la combinación de variaciones sobre un mismo grupo de movimientos con el trabajo de contacto; lo cual genera una sensación de redundancia y estancamiento.

Esto termina afectando la claridad de lo que resta del montaje. De esta manera, momentos en los que aparecen nuevos elementos de vestuario -unas chompas ligeras-, o situaciones donde posiciones, gestos y movimientos sugieren una alta carga erótica o una angustia profunda -como en un inesperado segundo clímax donde caen globos desde lo alto del escenario- aparecen y desaparecen de la mirada del público sin el suficiente impacto, debido a la ausencia o debilidad de su progresión.

No es un detalle menor mencionar que estas debilidades en la claridad de la progresión del montaje generan que, a medida que avanza la obra, la propuesta sonora y lumínica termine adquiriendo mayor peso e importancia que el desarrollo coreográfico. Asimismo, las mencionadas debilidades pueden invitar al público a conservar con mayor facilidad los primeros momentos del espectáculo -especialmente, el primer clímax- ofreciendo una lectura más que parcial acerca del sentido de la obra.

Finalmente, valdría la pena señalar algunos apuntes sobre la propuesta de vestuario como elemento plástico al servicio de la escena. Éste, como se describió líneas arriba, propone conceptualmente la idea de opuestos complementarios. Sin embargo, el hecho que el vestuario de una de las intérpretes sea de color negro en un escenario de piso negro, fondo negro y luces tenues -además de cubrir gran porcentaje de su cuerpo-, limita las posibilidades expresivas y de proyección de su movimiento.

‘Tita y Lola Lola y Tita’ es un espectáculo de danza contemporánea que plantea su discurso -las vivencias y emociones de mujeres en sus veintes- a partir de cuadros que presentan una atmósfera/concepto. Éstos se construyen en una combinación del trabajo coreográfico y la propuesta sensorial que la iluminación y la música ofrecen. Sin embargo, luego de un primer clímax, la propuesta coreográfica tiende a la redundancia, perdiendo la claridad expuesta al inicio de la obra. Ello lleva a la confusión en la percepción del espectáculo y pone en evidencia ciertas debilidades del mismo.

(*) Texto tomado del programa de mano.

(**) Foto tomada de aquí.

Dirección: Pachi Valle-Riestra.
En escena: Tatiana Vizcarra, Francesca Ghiretti.
Asistencia de dirección: Adriana Albán.
Música original: Rodrigo Sarmiento, Esteban Varela.
Diseño de vestuario y dirección de arte: Eva Bracamonte.
Diseño de luces: Luis Tuesta.
Fotografía: Andriette Helm.
Registro del proceso de creación: Franklin Dávalos.
Asistencia de producción: Mariana Espinosa.
Producción: Paola Alcántara.

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