‘Esto es Reality’, dirigida por Cristina Velarde y
Christian Olivares, es una de las obras ganadoras de la Residencia en Danza – Pequeño
Formato 2014, convocada por la Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima,
a través de la Subgerencia de Artes Escénicas e Industrias Culturales. Dicho
montaje estuvo programado entre los días 7 y 10 de agosto, en la Plazuela de
las Artes del Teatro Municipal. Por motivos de fuerza mayor, únicamente fue
presentada en la primera de las fechas en mención. Además de ello, se presentó
también dentro del marco del FAEL 2014, los días 25 y 26 de noviembre, en la
sala del la Asociación de Artistas Aficionados – A.A.A.
‘Esto es Reality’ es una obra de danza contemporánea que expone
la historia de tres personajes que transitan por las dinámicas del éxito y
fracaso como figuras de la televisión. Para lograr su objetivo, los directores recurren
al movimiento, al uso de recursos teatrales,
la proyección de video, el circuito cerrado y la música en vivo.
la proyección de video, el circuito cerrado y la música en vivo.
‘Esto es Reality’ presenta a personajes construidos de
manera diversa. Así, por ejemplo, la animadora de televisión es mostrada a través de una representación teatral
naturalista; mientras que otros personajes son presentados a través de la
composición de imágenes y acciones – el boxeador -, la construcción a través de
gesto y movimiento – la maquilladora – o la combinación de acción concreta y
movimiento – el equipo de producción -.
Esta diversidad en la construcción de los personajes
discurre en perfecto diálogo con el equilibrio de protagonismo entre los mismos,
tanto en lo referente a su presencia en escena como en – y más importante aún –
lo que cada uno ofrece al montaje. Y es que el abanico de matices de las
interpretaciones va desde el humor físico hasta el accionar operativo, pasando
por el histrionismo, el juego coreográfico y la composición corporal.
‘Esto es Reality’ utiliza la mencionada diversidad de
estilos para desarrollar su guión. Éste articula momentos que se caracterizan
por una comunicación directa – reforzando la anécdota, siendo narrativo y expositivo
– y otros donde la comunicación es simbólica – construyendo metáforas a través
de la composición corporal, el uso de elementos y el juego coreográfico -. Este
tramado simbólico sucede, principalmente, en las relaciones entre los
personajes; especialmente cuando no existe textos o diálogos de por medio.
Así, el montaje es eficiente gracias a un guión que permite
un desarrollo claro de las anécdotas que propone. Asimismo, refuerza el sentido
de su discurso con la presencia de escenas y cuadros más simbólicos, cuya sencillez
metafórica facilita una lectura comprensible.
Sin embargo, siendo meritorio el hecho de generar un
espacio efectivo de comunicación entre el discurso de los artistas y la
recepción del público, la simpleza de la composición de algunas escenas –
incluso de grandes fragmentos del guión -, y la obviedad en la construcción de
metáforas, generan la sensación de estar frente a un espectáculo efectivo, pero
menor.
Esta afirmación se sustenta, por ejemplo, en la presencia
de elementos cuya funcionalidad es, cuando menos, decorativa. Una muestra de ello
es la proyección inicial de un video, compuesto por imágenes de
archivo televisivo, que mezcla algunas pocas escenas de violencia en programas
de televisión - las cuales ofrecen un acercamiento al tema del montaje - junto
con apariciones de políticos, deportistas y personajes de la farándula de los
años ‘80 y ‘90. Así, el video, a través de la exposición de contenidos con
origen y connotaciones tan diversas, no genera mayor nexo con lo que sucede en
el resto del montaje.
Asimismo, se puede mencionar el uso de una estructura
móvil que funciona como una torre de luces. Este elemento es usado efectivamente
en una escena - y forzado a aparecer, sin utilizar sus luminarias, en una segunda -,
apareciendo sin dialogar, estética u operativamente, con el resto de elementos
escenográficos con que cuenta la obra.
Similar mención se puede hacer a la banda de músicos que
componen, en vivo, el ambiente sonoro. Pues, si bien su trabajo musical
contribuye en la creación de atmósferas a lo largo del montaje, su presencia
física en el escenario no genera un aporte significativo a la propuesta escénica.
El mismo destino corre el uso del circuito cerrado. En
su primera aparición, es usado para
representar simbólicamente la manipulación a la que son sometidos - por
voluntad propia – los aspirantes a ser personajes de televisión. Sin embargo,
pese a la efectividad de la escena, y al uso del lenguaje audiovisual dentro de
un espectáculo que pretende acercarse a esos territorios, no siguió siendo
explotado. Luego de ello, volvió a ser utilizado solo como camino para llegar a la
escena final.
Finalmente, dejando atrás la presencia inconstante de
algunos elementos, vale la pena mencionar los momentos coreográficos de este montaje,
los cuales son de diversa factura.
Dentro de ellos, cabe destacar la brillante performance
de Cory Cruz en la presentación de su personaje; el cual, sin palabras y sólo a
través de movimientos, construye una escena de humor físico estupenda.
Asimismo, pese a su brevedad, una de las escenas finales,
que representa el caos en un set de televisión, constituye una construcción
importante por la simultaneidad de acciones y la participación colectiva de
todos los personajes.
El resto de escenas coreográficas, lamentablemente, caen en la reiteración
de la frontalidad y el uso excesivo del centro del escenario. Ello, si bien es
funcional en el caso de las escenas del boxeador – gracias a la composición corporal,
la contención de sus movimientos y la adecuada iluminación -, desluce las
coreografías que simbolizan la manipulación de los personajes; las cuales,
además, resultan redundantes por la similitud existente entre ellas.
‘Esto es Reality’ es una obra de danza contemporánea - entendida
como el uso de las múltiples disciplinas del cuerpo, incluyendo a la voz - que
recurre a lo anecdótico y a lo simbólico para representar a la realidad. En lo
anecdótico su apuesta es por una representación que copie, que exhiba, la
realidad – sin mayor énfasis o crítica que asumir lo negativo en la
representación de la misma -. En lo simbólico, se puede inferir que su
investigación contó con diversos elementos de búsqueda; sin embargo, las
decisiones finales muestran una elección que decantó por el camino de la simpleza y la superficialidad.
(*) Foto: Difusión del FAEL 2014.
Dirección: Cristina Velarde, Christian Olivares.
En escena: Cory Cruz, Augusto Montero, Úrsula Palomino,
Cristina Velarde, Christian Olivares.
Asesoría en dramaturgia: Diego López.
Musicalización: Banda Terminar.
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